lunes, 14 de febrero de 2011

Me presento

Hola!
Me llamo Cintia, nací el 07/12/1979, soy mamá de 2 hermosas hijas, en pareja con Javier desde 1995.
Vivo en el bonito pueblo de San Martín de los Andes, Patagonia Argentina.
Y aquí estoy escribiendo en este lugar, todavía no me familiarizo con todo esto, pero bueno, ya me iré acostumbrando.
¿Qué puedo contar de mi?
Nací en Godoy Cruz, Mendoza. Hasta que cumplí 7 años viví en Las Heras, Mendoza, luego nos mudamos por un año al pueblito de Senillosa, Neuquén. Más tarde, cuando mi mamá consiguió un trabajo permanente, nos mudamos a Centenario, Neuquén. Allí terminé la escuela primaria y luego hice todo el secundario.
En Centenario viví 10 años.
A decir verdad, nunca me gustó Centenario, realmente siempre me sentí aprisionada allí. La rutina me aplastaba, sentía que no podía progresar, pero hasta que no terminara el secundario no podía salir de allí.
Así fue que pocos meses antes de egresar del secundario, comencé a planear mi mudanza hacia otro lugar.
Sabía que sería dificil, que seguramente vez estaría muy sola pero por suerte tenía el apoyo de Javier.
Me recibí de perito mercantil con orientación contable e impositiva.
Todo lo que había ahorrado durante el ultimo año del secundario y el dinero que me pagaron de una pasantía que hice, me sirvieron para pagar los gastos de mudanza y primer alquiler.
Mientras muchos compañeros y compañeras disfrutaban su viaje de egresados, yo me mudaba para comenzar mi nueva vida.
Nuestra primera idea era irnos a vivir a Villa la Angostura, un hermoso pueblito al sur de Neuquén, pero se nos complicaba porque era dificil que yo pudiera estudiar alguna carrera allí y más dificil aún conseguir alquiler económico o trabajo que me permitiera estudiar.
Así que decidimos venir a San Martín de los Andes, donde yo comencé la carrera de Tecnicatura en Forestación.
Los pirmeros meses fueron dificiles, adaptarse a la soledad (extrañaba muchísimo a mis 2 hermanos), hacerme cargo de mi misma, de mis tiempos y de mis sentimientos era una ardua tarea que costaba día a día.
Mientras dentro de la facultad incorporaba conocimientos universitarios, fuera de ella aprendía a ser mujer.
Meses después conseguí un trabajo como cadeta en un estudio contable, luego de 3 meses de prueba, ya había aprendido una buena parte de los trabajos impositivos que se hacían y quedé trabajando estable como secretaria.
El trabajo me gustaba, me hacía sentir importante ganar mi propio dinero y ayudar a Javi con los gastos pero las condiciones laborales eran detestables.
Semana a semana me decía que el mes siguiente renunciaría y me conseguiría otro empleo, primero dije que aguantaría 6 meses, luego un año pero nunca juntaba el valor y confianza en mi misma para ir a buscar otro trabajo.
Hasta que me enteré que sería mamá. Fue entonces en que tuve que posponer mis ganas de cambiar de trabajo.
Pospuse, pospuse hasta que mi hija cumplió 4 años, en ese año se me ocurrió juntar algo más de dinero y mientras por las mañanas trabajaba en la oficina, por las tardes y noches trabajaba en una pizzería haciendo de moza y ayudante de cocina.
Dejé mi primer trabajo y por unos pocos meses me quedé en la pizzería, hasta que me llamó una chica que dejaría su trabajo y necesitaba que alguien con experiencia quede en su puesto de trabajo.
Fue así como desde fines de 2004 estoy trabajando de secretaria en otro estudio contable.
Se podría decir que le he dedicado a la contablilidad, liquidación de impuestos y sueldos, 5 años de estudio y casi 13 de trabajo.
A Javier lo conocí una noche de febrero de 1995 que salí con un conocido al boliche. Nos hicimos muy amigos por un tiempo y entre charla y charla me enamoré perdidamente de él.
Pero las cosas no fueron faciles para nosotros: yo era demasiado chica, toda mi familia se oponía a que yo tuviera novio, constantemente me querían alejar de él y durante casi 3 años lo veía a escondidas, inventaba escusas solo para estar con él.
Contaba las horas y minutos que me faltaban para verlo, me esforzaba para sacar buenas notas solo para poder terminar pronto el secundario y poder irme a vivir sola con él sin que nadie nos moleste o nos diga qué hacer.
Mi hija mayor nació en junio de 2000 y la menor en diciembre de 2006 y son las 2 lucecitas por las que vivimos.
Las 2 son lo más hermoso que nos pasó, son el regalo más grande que nos dió la vida y día a día agradecemos la fortuna de que hayan llegado a nuestras vidas.
Ha sido dificil crecer durante los últimos 13 años, hemos tenido que aprender muchísimo en todos los ámbitos de la vida, el camino estuvo leno de baches y por momentos parecía que subíamos montañas escarpadas, pero juntos con mucho amor hemos podido sortear todas las visisitudes de la vida.
Y hoy seguimos nuestro camino, a veces más facil, otras veces más complicado, pero siempre manteniendonos unidos, con mucho amor, comprensión y abiertos al aprendizaje constante.

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